miércoles, 19 de septiembre de 2012

Para evitar el "ensuciamiento celular", y con ello muchas enfermedades a las que la medicina actual no da respuesta curativa -donde se incluye la Artritis Reumatoide-, el Dr. Seignalet nos propone su Régimen Ancestral, Original o Hipotóxico.

Seignalet, tras muchos años de estudios en su doble condición de Médico y Biólogo, afirma que el "ensuciamiento de las células" originado por la alimentación moderna es la principal causa de la mayoría de las enfermedades reumatológicas, neurológicas y autoinmunes en general, además de ser origen de más del 65% de los cánceres, entre otras patologías.

El Régimen Ancestral, Original o Hipotóxico observa una serie de medidas respecto a los alimentos, permitiendo y aconsejando unos y prohibiendo otros. Para conocer más extensamente cada uno de estos alimentos prohibidos o aconsejados, en la sección Los alimentos a examen se estudian y describen los más comunes, así como sus diversas propiedades, formas de fabricación, presentaciones para la venta, etc.

Como estamos totalmente convencidos de la certeza de los estudios del profesor Seignalet, y de la bondad y beneficios del Régimen Ancestral -y lo sabemos por propia experiencia-, lo exponemos en una visión global, añadiendo algunos comentarios -acordes a su idea general sobre los alimentos, variedades, forma de presentación, etc.-, con el fin de ayudar a una mejor elección de su dieta a los que opten por seguirlo.


EL RÉGIMEN ANCESTRAL, ORIGINAL O HIPOTÓXICO.

1. Cereales. Se prohíbe el consumo de cereales, en su mayoría incompletos, sometidos a mutaciones transgénicas y, generalmente, manipulados desde la siembra. Deben eliminarse de la dieta porque son peligrosos a causa de la estructura de sus proteínas y, además, se consumen cocidos u horneados a altas temperaturas. El trigo se prohíbe en todas sus variedades (excepto el trigo sarraceno, también llamado trigo negro o alforfón), así como el maíz, la cebada, el centeno, la avena, etc. Por lo mismo, hay que desechar todos los productos hechos con harina de estos cereales: pan, picos, pastas, galletas, bollería, etc., y aclarar que el pan integral se considera aún peor que el clásico, ya que está más cocido. El arroz puede tomarse porque ha permanecido en su forma salvaje prehistórica y la experiencia clínica demuestra que muy raramente es nocivo (ver más información en Los cereales).

2. Leche y derivados lácteos. Queda prohibido el consumo de cualquier leche animal (vaca, cabra, oveja u otros), así como sus derivados, mantequilla, margarina, queso, nata, batidos, etc. "Las proteínas de la leche de vaca -dice Seignalet- tienen una estructura primaria diferente de las proteínas humanas y resisten la acción de las enzimas y de la flora bacteriana. Por eso el resultado de su ingesta suele ocasionar una mucosa intestinal deteriorada. Ni siquiera se aprovecha su calcio, porque una vez en el tubo digestivo la mayor parte es precipitado en forma de fosfato de calcio y expulsado a través de las heces fecales." (ver más información en La leche y los lácteos). Seignalet aconseja sustituirlos por productos de soja, pero ¡ojo!, no siempre son recomendables (hay un artículo sobre la soja en La soja: verdades y mentiras).

Nota:Aunque el Dr. Seignalet prohíbe todo los derivados lácteos, cabe hacer una excepción con el yogur por tratarse de un probiótico de leche fermentada (con la fermentación la lactosa se pierde y las proteínas sufren modificaciones que las hacen más sencillas y digeribles). Se aconseja sobre todo los Bios, con alto contenido de bacterias acidolácticas que contribuyen a equilibrar la flora bacteriana de nuestro intestino y a potenciar nuestro sistema de defensas. Mejor los Bio ("vivos" o activos) que los pasteurizados (estos yogures también los hay de soja). En cuanto a sustitutos de la leche, actualmente se encuentran leches (en realidad, se llaman "bebidas") de arroz, de almendras, de avena, etc., agradables de tomar y mucho más aconsejables (ver más información en El yogur).

3. Aceites. Se aconseja tomarlos crudos o cocinados siempre que sean virgen y extraídos de primera presión en frío. Seignalet aconseja sobre todo los siguientes: el Aceite de Oliva Virgen (¡ojo!, en España y otros países sólo el virgen EXTRA es de primera presión en frío), porque aporta ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico), los de nuez, soja y colza, porque aportan ácido alfa-linolénico, y los de onagra y borraja porque aportan ácido beta-linolénico. Los aceites refinados los prohíbe todos expresamente porque se observa una transformación de parte de los ácidos grasos insaturados en ácidos grasos "trans" que nuestro organismo es incapaz de metabolizar, y a los que investigadores como Mann (1994) incriminan en ciertas afecciones frecuentes: hipercolesterolemia, arteriosclerosis, obesidad y resistencia a la insulina en la diabetes (ver más información en Los aceites y las grasas).

4. Margarinas y grasas de cocinar. Se deben descartar, porque en todas ellas, como en los aceites refinados, se observa que una proporción variable pasa de la forma fisiológica cis a la forma trans que no se comporta bioquímicamente como los ácidos grasos esenciales. Estos isómeros, o ácidos grasos trans, no sólo aumentan los niveles de colesterol malo (LDL) en la sangre sino que disminuyen el colesterol bueno, HDL o Lipoproteínas de Alta Densidad, provocando un mayor riesgo de sufrir arteriosclerosis y enfermedades cardiovasculares.

5. Carnes. Como criterio general Seignalet aconseja que se debe consumir la carne cruda, pero tolera que se cocine a menos de 110º C (cocinadas de cualquier forma, salvo frita), y prefiriendo las de buey, ternera, lechazo y caballo, ya que son más fáciles de consumir crudas. Las de cerdo o cordero, y las de pollos y conejos de cría intensiva, aun cuando no las prohíba, le producen cierta desconfianza porque suelen ser alimentados de forma artificial, además de ser menos apetecibles crudas.

Nota 1:En general -y hasta ahora-, casi todas las carnes que encontramos en el mercado son de animales de cría intensiva en baterías o espacios reducidos, alimentados con piensos de dudosa composición y no naturales y sometidos a prácticas veterinarias en las que sobran antibióticos y hormonas. Por ello es imprescindible tratar de encontrar carnes de animales criados en libertad y alimentados de manera natural. Es un problema de difícil solución, pero para el que cada día se nos van ofreciendo más posibilidades.

Nota 2:Considerando la dificultad que puede suponer para cualquier persona ingerir las carnes crudas, proponemos que se cocinen salteadas, o sea, cortadas a trozos pequeños y puestas en una sartén con aceite de oliva virgen extra, unos ajitos, algo de sal y/o algunas especias. Con sólo unos minutos están buenas para comer. De la misma forma se pueden hacer cortadas en filetes, con sólo vuelta y vuelta si son finitos y un poco más si son más gruesos. Estaremos aprovechando mejor las propiedades de la carne si los dejamos poco hechos (ver más información en La cocción de los alimentos).

6. Charcutería. Se autoriza expresamente el jamón serrano, el lomo en caña, los embuchados, el salchichón, las salchichas, el chorizo y, en general, todos los que se elaboran o embuten crudos (pero, ¡ojo!, deben ser elegidos sólo los de primerísima calidad y que no contengan aditivos). Debe excluirse toda charcutería cocinada, como el jamón cocido, mortadelas, patés, chicharrones, morcillas, etc. Se exceptúa el foie-gras -hígado de pato u oca- porque su grasa es buena para la salud (ver más información en Embutidos y embuchados y en Jamón y fiambres cárnicas).

7. Pescado.. En general, el pescado cocinado es siempre menos peligroso que la carne cocinada. Seignalet recomienda, no obstante, que se consuma crudo siempre que sea posible, por lo que sugiere buscar recetas en las tradiciones japonesas y tahitianas, por ejemplo. En todo caso, debe cocinarse durante poco tiempo y a menos de 110º C. (una buena forma de cocinarlos es la misma que señalamos para las carnes). Las conservas de pescado, Seignalet no las prohíbe expresamente, pero, de acuerdo a sus ideas, y entendiendo que en su mayoría se preparan cocidas y se envasan con aceites de escasa calidad, debiera optarse por pescados al natural y de la forma ya reseñada (ver más información en La cocción de los alimentos)).

Nota:Si se va a comer pescado crudo hay que tomar siempre la precaucion de congelarlo a -18 º C. durante al menos durante 48 horas para evitar el anisakis, un parásito que puede contener la mayoría de los pescados.

8. Mariscos. Crustáceos, moluscos y mariscos están todos permitidos. Seignalet aconseja comerlos mejor crudos o, en su caso, mediante una ligera cocción a poca temperatura.

Nota:Gambas y langostinos -para segundo plato- suponen una opción que puede ser aceptable si los hacemos cocidos con un ligero chapuzón en el agua hirviendo, o bien en plancha o sartén con una ligerísima vuelta y vuelta (1 minuto).

9. Huevos. Se admite comerlos crudos, en salsas como la mayonesa, o bien pasados por agua, escalfados o pochados a temperatura poco elevada (menos de 100º C). Fritos (o a la plancha), Seignalet no los prohíbe expresamente, por lo que entendemos que pueden admitirse, siempre que -de acuerdo a su idea general- se cocinen durante breve tiempo y a poca temperatura.

10. Verduras. Zanahorias, lechugas, tomates, cebollas, champiñones, pepinos, pimientos, rábanos, berros, apio, endibias... En general, todas están autorizadas. Mejor comerlas crudas o cocinadas al vapor. (Como la patata no la cita Seignalet, ver información en Frutas y Vegetales).

11. Legumbres secas y leguminosas. Garbanzos, alubias, lentejas, habas, guisantes... Todas pueden consumirse cocidas, a ser posible, preparadas al vapor.

Nota:Las lentejas pueden elegirse las que no necesitan remojo. Están listas para comer con sólo 15 ó 20 minutos de cocción. Los garbanzos y alubias se deben elegir los de mejor calidad, porque les basta con 1 hora de cocción (antes de cocinarlos, se deben tener 12 horas en remojo). Las habas, guisantes y otras leguminosas, les basta con 12 a 15 minutos de cocinado (ver más información en La cocción de los alimentos).

12. Frutas frescas. Melocotones, peras, manzanas, ciruelas, albaricoque, piña, plátanos, cerezas, fresas, frambuesas, naranjas, pomelos, uvas, frutas exóticas... Todas están permitidas y pueden consumirse en gran cantidad. Se permite también la castaña y su harina (ver más información en Frutas y Vegetales).

13. Frutos secos. Se aconseja que se consuman muchos higos, almendras, nueces, avellanas, dátiles..., a ser posible, crudos mejor que tostados, y nunca fritos (ver más información en Los frutos secos).

14. Frutas en conserva y encurtidos. Seignalet no prohíbe expresamente la fruta conservada en almíbar u otros, como melocotón, piña, peras, etc., pero tenemos que desaconsejarla por su alto contenido en azúcar refinado. Se aconseja mejor el consumo de frutas y verduras frescas. Los encurtidos como las olivas, pepinillos, zanahorias, cebollitas, etc., pueden ser admitidos, pero prestando cuidado a sus aditivos y formas de elaboración.

15. Especias y condimentos. Todos están autorizados: sal, vinagre, cebolla, ajo, perejil, pimentón, orégano, pimienta, tomillo, mostaza, curry, plantas aromáticas... Se aconseja la sal completa mejor que la refinada, por ser más rica en minerales.

16. Otros alimentos.. Se aconsejan la miel de abeja, el polen, los germinados de leguminosas (soja, lentejas, etc.). El chocolate de forma limitada (porque tiene azúcar y descartando los preparados con leche de vaca). El azúcar blanco o refinado debe ser descartado totalmente. El azúcar integral o de caña -más rico en potasio, magnesio, calcio, fósforo, hierro y vitaminas-, se podría admitir, pero prestando atención a la forma en que ha sido elaborado.

17. Bebidas.. Se desaconsejan todas las bebidas azucaradas, las sodas y los zumos de fruta envasados, así como la cerveza porque contiene proteínas de la cebada. Se aconseja sobre todo beber agua, porque, además de su inocuidad, aporta oligoelementos y minerales. Se tolera el café y el té en cantidad razonable. Se recomienda el consumo de achicoria por sus propiedades coleréticas y depurativas. Se autorizan -en dosis moderadas- todas las bebidas alcohólicas (salvo la cerveza), porque el alcohol como molécula simple no provoca respuestas de autoinmunidad ni de acumulación ni de eliminación. Además, los alcoholes preparados a partir de cereales, whisky, ginebra, vodka, etc. no contienen proteínas de las mismas al ser obtenidos por destilación. También son positivas las propiedades del alcohol en vinos tintos, blancos, brandys, manzanillas, champán, cavas, etc., para dar mayor fluidez a la sangre y para eliminar radicales libres (ver más información en Las bebidas).

18. Suplementos. Se considera necesario aportar vitaminas liposolubles A, D, E, K y las hidrosolubles, B1, B2, B5, B6, B12 y vitamina C. (Ver Las Vitaminas y otros). Hay que ingerir además magnesio, ya que es esencial para el funcionamiento de muchas enzimas, bien en forma de pidolato de magnesio, bien en la de cloruro de magnesio. En cuanto a los oligoelementos conviene ingerir con frecuencia hierro, zinc, cobre, manganeso, silicio, selenio, cobalto, cromo y rubidio. (Ver Minerales y oligoelementos)).

También es muy importante, sobre todo al principio de comenzar el Régimen, ingerir prebióticos y probióticos en cantidades apropiadas. Se explica en la página "Además del Régimen...




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