miércoles, 21 de noviembre de 2012


 La Rosa Mística dura tres semanas y se practica durante tres horas al día.

Primera Parte: La risa.

Durante los primeros siete días de la meditación has de reír sin ningún motivo. El propósito de esta parte es descubrir el lugar, en tu vientre, desde donde surge la risa por sí misma. Siempre que la risa empiece a apagarse, haz giberish y mueve el cuerpo de forma que atravieses la energía bloqueada. A veces, especialmente al acercarse el final de la semana, puede que desees llorar. ¡No lo hagas! Haz regresar de nuevo la energía hacia la risa. Durante los diez últimos minutos de cada sesión, siéntate en silencio y observa.

Segunda Parte: El llanto.

Durante los siguientes siete días deja que fluyan tus lágrimas. En la etapa de la risa se necesita un esfuerzo para continuar; en el llanto no se necesita más que ser consciente, ir hacia adentro y aflojarse. La risa habrá limpiado el camino interior hacia la pena, el dolor y las lágrimas reprimidas; están ahí, somos nosotros que las reprimimos. Permítete a ti mismo llorar profundamente, ruidosamente, limpiando y descargando el corazón. De nuevo, si te sientes estancado, haz giberish para quitar los bloqueos y luego continúa. Para ayudar al llanto puede utilizarse intermitentemente una música suave y triste. Cada sesión finaliza con diez minutos de sentarse en silencio.

Tercera Parte: El observador sobre la colina.

Durante la última semana siéntate en silencio, relajada y confortablemente, con los ojos cerrados, y observa todo lo que va sucediendo dentro. Si te ayuda a volver al estado de ser un testigo, observa la respiración entrando y saliendo, bien a través de la nariz o del ombligo. O bien puedes sintonizar con los sonidos naturales a tu alrededor para regresar al aquí y ahora. Después de unos cuarenta y cinco minutos, levántate y baila con una música suave durante otros quince minutos, observando en todo momento los movimientos del cuerpo más que perdiéndote en la danza.
Y todo lo que este mundo necesita es una buena limpieza del corazón respecto a todas las inhibiciones del pasado. Y la risa y las lágrimas hacen las dos cosas. Las lágrimas sacarán toda la agonía oculta en tu interior y la risa te extraerá todo lo que está impidiendo tu éxtasis. Una vez hayas aprendido el arte, resultarás inmensamente sorprendido. ¿Por qué esto no se nos había dicho hasta ahora? Hay una razón: nadie ha deseado que la Humanidad tuviera la frescura de una rosa, ni su fragancia ni su belleza".

La Rosa Mística

 Una de las últimas terapias meditativas de Osho fue la Rosa Mística. El dice que es el mayor avance en la meditación desde que Buda ideó la Vipasana hace veinticinco siglos.
La sociedad ha reprimido la habilidad del hombre para reír y llorar espontáneamente. Durante muchas vidas se nos ha dicho que no riamos, que la vida es un asunto serio. Durante vidas se nos ha dicho que los adultos no lloran, y de esta forma, el dolor, la pena y las lágrimas han sido reprimidas en la profundidad del ser. Esta técnica de meditación libera las lágrimas y risas reprimidas, de forma que no queda nada excepto el cielo abierto del testigo.

La Rosa Mística dura tres semanas y se practica durante tres horas al día.

Primera Parte: La risa.

Durante los primeros siete días de la meditación has de reír sin ningún motivo. El propósito de esta parte es descubrir el lugar, en tu vientre, desde donde surge la risa por sí misma. Siempre que la risa empiece a apagarse, haz giberish y mueve el cuerpo de forma que atravieses la energía bloqueada. A veces, especialmente al acercarse el final de la semana, puede que desees llorar. ¡No lo hagas! Haz regresar de nuevo la energía hacia la risa. Durante los diez últimos minutos de cada sesión, siéntate en silencio y observa.

Segunda Parte: El llanto.

Durante los siguientes siete días deja que fluyan tus lágrimas. En la etapa de la risa se necesita un esfuerzo para continuar; en el llanto no se necesita más que ser consciente, ir hacia adentro y aflojarse. La risa habrá limpiado el camino interior hacia la pena, el dolor y las lágrimas reprimidas; están ahí, somos nosotros que las reprimimos. Permítete a ti mismo llorar profundamente, ruidosamente, limpiando y descargando el corazón. De nuevo, si te sientes estancado, haz giberish para quitar los bloqueos y luego continúa. Para ayudar al llanto puede utilizarse intermitentemente una música suave y triste. Cada sesión finaliza con diez minutos de sentarse en silencio.

Tercera Parte: El observador sobre la colina.

Durante la última semana siéntate en silencio, relajada y confortablemente, con los ojos cerrados, y observa todo lo que va sucediendo dentro. Si te ayuda a volver al estado de ser un testigo, observa la respiración entrando y saliendo, bien a través de la nariz o del ombligo. O bien puedes sintonizar con los sonidos naturales a tu alrededor para regresar al aquí y ahora. Después de unos cuarenta y cinco minutos, levántate y baila con una música suave durante otros quince minutos, observando en todo momento los movimientos del cuerpo más que perdiéndote en la danza.
Y todo lo que este mundo necesita es una buena limpieza del corazón respecto a todas las inhibiciones del pasado. Y la risa y las lágrimas hacen las dos cosas. Las lágrimas sacarán toda la agonía oculta en tu interior y la risa te extraerá todo lo que está impidiendo tu éxtasis. Una vez hayas aprendido el arte, resultarás inmensamente sorprendido. ¿Por qué esto no se nos había dicho hasta ahora? Hay una razón: nadie ha deseado que la Humanidad tuviera la frescura de una rosa, ni su fragancia ni su belleza".

Osho.

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