lunes, 15 de abril de 2013

Purificación


Respeta a tu madre, tu padre y también a tus prójimos.

Elige para ti un amigo verdaderamente sabio, escucha sus consejos y sigue su ejemplo; no te enemistes con él por razones insignificantes.

Acuérdate de la ley de causa y efecto en tu vida.

Está dada a ti la posibilidad de superar tus pasiones. ¡Así que, reprime en ti mismo con un gran esfuerzo la codicia, la pereza, las pasiones sexuales y el enojo irrazonable!

Sea que estés solo o con personas, ten miedo de hacer algo malo. ¡Guarda tu honor!

Sé siempre justo en tus palabras y actos; sigue a las exigencias de la razón y de la ley.

No olvides que el destino inevitable lleva a todas las personas a la muerte.

Acuérdate que los bienes terrenales se dan fácilmente a las personas y de la misma manera se quitan fácilmente.

En cuanto a los infortunios, que vienen a las personas según sus destinos, debes soportarlos con paciencia dócil. Pero esfuérzate por aliviar el dolor en lo posible. Y recuerda que los Dioses Inmortales no dan a las personas pruebas que sean superiores a sus fuerzas.

Las personas tienen muchas posibilidades para elegir, entre éstas, las buenas y malas. Por eso, hay que mirarlas atentamente para escoger el camino digno para uno mismo.

Si el error entre las personas prevalece sobre la verdad, el sabio se aparta y espera hasta que la verdad reine de nuevo.

Escucha atentamente lo que voy a decir y guárdalo en la memoria:

¡Que no te turben los actos y pensamientos de otras personas, que no te induzcan a las palabras dañinas y hechos!

¡Escucha los consejos de los demás y reflexiona tú mismo incesantemente! ¡Pues, sólo un tonto actúa sin pensar con antelación!

Haz sólo aquello que no te sume después en la aflicción y no cause remordimientos de conciencia.

¡No oses empezar en seguida el trabajo que no sabes cómo hacer, sino que apréndelo primero! ¡Sólo así lograrás el éxito!

No debes extenuar tu cuerpo, al contrario trata de dar a éste la comida, la bebida y el ejercicio con medida, para que se fortalezca sin saber de los excesos y la pereza.

Mantén, en lo posible, orden en tu vida. ¡Echa fuera el lujo en todo! Pues, éste provoca la envidia en los demás.

¡Ten miedo de ser avaro!

¡Ten miedo también de malversar los bienes como los holgazanes lo hacen!

¡Haz sólo aquello que no te arruina ni ahora ni en el futuro! Por consiguiente, premedita antes cada paso y acto.

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